Querida Gabriela,
Con el paso del tiempo, me he percatado de lo dura que es la vida, desde la niñez hasta la vejez. Ser persona no es fácil en un ambiente que suele ser hostil con los que piensan y creen diferente, junto a esto, la individualidad de las personas a ido creciendo sin más, no saben valorar, no saben apreciar lo hermoso y bello de este universo.
El Chile que tanto apreciabas, pero que, aun así, te invisibilizaba, sigue reprimiendo. No hay sentido de comunidad, ni participación social que sea aceptada para generar la igualdad, aun así, quiero contarte, que a pesar de todo el dolor que se haya vivido, seres vivientes de la generación de los 90' en adelante, hace lo posible por reparar ese resentimiento con el que fuimos criados en nuestros corazones. Desde el amor y el respeto, escuchamos y aceptamos, haciendo lo posible, por generar el cambio paradigmático al que hemos sido sometidos por siglos, pero lo más importante, aunque haya existido represión, es que, por fin, podemos expresarnos desde el respeto, la gratitud y bondad, porque no existe alma que imponga un dolo a nuestro pensar. Quien quiera oír nuestras voces, lo hará, quien no lo desee, puede seguir su camino libremente.
Gracias a esto, poco a poco hemos avanzado, tal vez, aún queda mucho por reparar, por aprender, por enseñar, pero los cambios no se generan de forma inmediata, todos somos seres distintos, con perspectivas distintas de lo que es la vida y lo que es vivir, pero si el respeto y la empatía se expandiera en su totalidad, tal vez, algún día, se consiga, y en ese caso, los niños vivan con libertad e inocencia y el disfrute del juego libre sin sentir temor, mientras tanto, las mujeres, podamos vivir una vida tranquila y con calma, sin ser criticadas por las expectativas sociales o la idealización que se nos ha impuesto.
Espero puedas disfrutar tu estancia en el más allá y que tu alma siga iluminando lo que no fue visible durante muchos años con tu amor y poesía dedicada especialmente a los niños y la maternidad.
Con cariño y admiración