Querida Gaby:
Han pasado 136 años desde tu nacimiento, y qué melancólico se siente recordarte. Recuerdo cuando era una niña de kínder y me hablaron por primera vez de ti:
“Ella fue una gran referente poética femenina, una de las pocas que hemos tenido. Fue profesora de lenguaje y amaba la literatura”.
Una profesora de literatura que amaba la poesía, que era lesbofeminista y que escribía con sus letras para existir... Qué loco que, con tan pocos años, inconscientemente quise convertirme en alguien como tú: fuerte, resiliente, poeta. Hasta a mi Doris tuve.
Siempre amé la poesía. Se me da muy bien, sobre todo desde que me enamoré por primera vez… ¡y de una mujer!
“Recuerdo despertar a las 2, las 3 y las 4 y tenerte acá. Entre mis brazos. Oh, querida mía, lo nuestro es secreto entre cuatro paredes, pero hace que mis versos llenos de silencio y rebeldía quisieran ensordecer a todos aquellos quienes no nos dejan querer”-Mi autoría.
También quise ser profe de Lenguaje.
Siendo muy sincera contigo, mi querida Gaby, jamás sabré si esa vocación que apareció en mí cuando estaba en segundo medio nació del amor por la literatura y los poemas... o por haberme enamorado de una profesora. Lo. Peor. Que. Me. Pudo. Haber. Pasado.
Después de un año de sufrimiento, ese sentimiento se esfumó.
Y heme aquí, como nueva, escribiendo.
Gracias por todo lo que dejaste para nosotres, la comunidad LGBTIQ+, que te entiende y te recuerda con un respeto que arde y cuida nuestras entrañas.
Viviste en una época cegada por el heteropatriarcado y no pudieron —mejor dicho, no quisieron— nombrarte como eras. Pero tus cartas, tus escritos, tus poemas nos dejan marcas llenas de luz, grietas por donde se filtra la verdad pura.
Imagina lo impactante que fuiste, lo que sigues siendo y serás, mi querida Gaby.
Gracias por mostrarnos que las palabras también son una forma de rebelión contra un sistema que nos oprime por ser mujeres, por ser diferentes, por amar a quienes amamos.
Hoy te seguimos leyendo.
Y no solo para entenderte a ti, sino para entendernos a nosotres, y seguir adelante hacia un mundo más libre, más abierto y menos traicionero. se nos vienen cositas.